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Los chats con niños del juez "religioso" de la Corte: la trama sexual oculta que golpea a la justicia

Walter Nelson

Berto 2022
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La vida de Reynaldo Oliva Lagos siempre fue, en el papel, de rectitud. Se convirtió en abogado, juez y ministro de corte de apelaciones. También fue un hombre religioso. En 2012, el hoy líder de la Iglesia Católica chilena, Fernando Chomalí, lo ordenó como el primer diácono célibe. Sin embargo, al año siguiente todo cambió. La Unidad de Investigación de BioBioChile accedió a cientos de fojas con archivos canónicos secretos, testimonios y chats que develan una oscura trama sexual de quien incluso llegó a ser comparado con el apóstol Pedro al interior de las filas eclesiásticas. Más de una década más tarde, todo sigue en nada.

—¡Qué notable que en medio de una sociedad tan erotizada, todavía haya personas que digan: Quiero vivir de manera celibataria, quiero consagrar mi inteligencia, mi voluntad, mi libertad, mi cuerpo, mi ser al Señor, porque Él es todo para mí!
Fernando Chomalí se presentó ante una iglesia llena. Era 26 de agosto de 2012. Domingo. Día de Eucaristía. La catedral de Concepción estaba a rebosar. El cuerpo diaconal, del Seminario, representantes de comunidades y familias enteras estaban presentes.
La cita de las 17:00 horas tenía dos objetivos específicos. Dar las gracias y celebrar la consagración de dos nuevos diáconos: César y Reynaldo Oliva Lagos.
Oliva Lagos tenía una particularidad. En ese entonces, no sólo era juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Concepción, un abogado reconocido en los recovecos judiciales, también se convertía en el primer diácono célibe de la arquidiócesis. El mensaje del entonces arzobispo y actual líder de la Iglesia en Chile resonó en la catedral y apuntó en esa dirección. Lo comparó incluso con Pedro, uno de los apóstoles más cercanos a Jesús.
—Reynaldo y César le dicen al Señor ¿a quién iremos? Nosotros hemos creído y sabemos que eres Dios —cerró su homilía.
Ambos se convirtieron en diáconos permanentes de la Iglesia católica desde ese día.
Pero a Reynaldo le duró poco. El 11 de diciembre del 2013 —un año y cuatro meses después de que Chomalí lo presentara— fue restringido del diaconado permanente. Y una semana más tarde, él mismo le escribió una carta al papa Francisco solicitando su reducción al estado laical. En simple, remover sus derechos y privilegios eclesiásticos.
En el escrito decía que sus tiempos de abogado y diácono no eran compatibles. Pero la verdad era otra: la propia Iglesia le sugirió que renunciara. Era la mejor opción después de que una madre fuera a denunciarlo por haber tenido conversaciones “con lenguaje erótico y subido de tono” con su hijo menor de edad.
Era la primera denuncia de otras que se replicarían una década después.
El Arzobispado de Concepción lo imposibilitó de ejercer en el ministerio, al mismo tiempo que le prohibió acercarse a cualquier menor de edad que frecuentara las sedes católicas.
10 años después apareció una nueva denuncia por abuso sexual y la causa llegó a la Fiscalía Metropolitana Norte. Todo ocurrió en el mismo periodo que él juraba como ministro de la Corte de Apelaciones de Arica.
reynaldo-asume-diacono-concepcion-2.png



Su propio camino de celibato​

La primera vez que Reynaldo le escribió a Matías por Facebook fue el 12 de noviembre del 2011. Matías tenía 12 años. Reynaldo 43. Le preguntó si era acólito en una parroquia en Tomé, y si había asistido a la peregrinación de ese día.
Matías le respondió que era nuevo y que no había podido ir, que quizás el otro año. Era la primera vez que conversaban. Cuatro minutos después Reynaldo le preguntó:
—Y tiene polola?
—Nop, primero mis estudios —replicó Matías.
—Si eres ordenado puedes hacer las dos cosas. Qué edad tienes?
—Tengo 12
—Ah, joven para tener una polola. Mejor tranquilo. Pero es la edad de la amiga manuela jaja.
Reynaldo insistió. Le envió varios mensajes saludándolo que no tuvieron respuesta desde el 17 de noviembre de 2011 hasta el 15 de febrero de 2012. Una hilera de “hola” y “qué tal” provenientes sólo de su lado.
Aunque para entonces no era diácono, Reynaldo no era ningún desconocido en las sedes católicas. Mientras estaba en su proceso de entrar al diaconado permanente, asistía a diferentes parroquias de la región del Bío Bío —incluida la de Tomé— para formar a variados grupos.
Por ejemplo, en la Parroquia del Sagrario —al lado de la catedral de Concepción— fue asesor de acólitos. La mayoría de sus estudiantes eran niños o jóvenes menores de edad. En el mismo templo era el encargado de recolectar el dinero de la alcancía, abrir y cerrar las puertas de la parroquia o instruir en catequesis. Una especie de “voluntariado”, como describen quienes lo conocieron en ese entonces.
Por eso no era extraño que Reynaldo conversara con los acólitos, esos niños revestidos de blanco entero que ayudan en las misas. Además, él generaba esa simpatía. Así lo dejó entrever José Osorio, uno los sacerdotes que trabajó en la misma parroquia y que declaró ante la fiscalía y el OS9 de Carabineros el 7 de noviembre de 2023. Resulta que para ese entonces, el Ministerio Público ya había abierto una investigación penal contra Oliva, a cargo del fiscal Xavier Armendáriz.
—Según mi parecer, en ocasiones jugaba con los acólitos. Demostraba que había como cierta confianza con ellos. Los niños tenían cierta confianza con él. Y como él era abogado me imagino que lo veían como de cierto prestigio para ellos.

“¿Minitas o club de tobi?”​

En febrero de 2012, Matías y Reynaldo volvieron a tener conversaciones intermitentes. El abogado le preguntaba por las notas del colegio, por sus quehaceres y cómo estaba. Eso duraba unos minutos. El diálogo se desviaba siempre en invitarlo a tomar cervezas. Y la masturbación.
—No deberías estar en el hotel en concentración, durmiendo, en vez de trasnochar? jaja. En vez de estar mirando videos pornos jaja —le envió Reynaldo al niño.
—ajajaj si recién estoy conectado. Andaba jugando a la pelota —respondió Matías.
—Wena, o sea que miras videos pornos —insistió el abogado.
—noo.
—Mmm pillín no más (…) Jaja, estás en toda la edad de la manfinfla, jaja.
Ese año siguieron hablando. Reynaldo se empecinaba en preguntar qué cerveza le gustaba y en que fueran a beber juntos. Hasta le consultó si era más de vodka o de ron. Matías, aún en la pubertad, ni siquiera había probado el alcohol.

Lee también...



Encuentran muerto a Tito Rivera, sacerdote acusado de violación en la catedral de Santiago Domingo 19 Julio, 2020 | 22:18
Algunas veces la conversación fue, entre comillas, más sutil. Oliva Lagos le preguntaba por sus notas del colegio, y como a Matías le iba bien, lo felicitaba. Luego lo invitaba a comer un completo juntos para celebrarlo. Le decía que si se le hacía tarde podía quedarse a dormir a su casa. Que podía invitar a unas minitas o hacer un “club de tobi”.
—Tengo desayuno y ducha —le soltó Reynaldo el 5 de mayo de 2013.
Siguieron así todo ese año. Las respuestas de Matías eran monosilábicas. Ese 2013 fue el más insistente para que se juntaran. Siempre el pretexto era comer algo y luego que se quedara en su casa, aunque nunca concretaron nada. Y ese año también coincidió que Matías quería iniciar la enseñanza media en el Colegio Salesiano de Concepción —una institución católica— y Reynaldo lo iba a ayudar a entrar. Supuestamente.
—Vamos a rezar y ver qué puedo hacer. Le preguntaré al padre de mi parroquia si conoce a alguien del Sale —le comentó el 23 de octubre. Luego volvió a averiguar— Y pololea? (…) Pura manuela palma.
Desde ahí en adelante comenzó a llamarlo “el joven manfinflero”, pese a que Matías le decía que no se masturbaba.
A fines de octubre, Reynaldo, quien ya era diácono permanente, le aseguró que consiguió ayuda con un padre para que entrara al Salesiano.
—Gracias tío Reynaldo 🙂 —le agradeció Matías.
—Vamos por una cerveza —le replicó el abogado.
Le garantizó que el padre había movido sus contactos para que ingresara al colegio católico. Cada vez que podía se inmiscuía en sus asuntos. Quería saber qué estaba haciendo y deslizaba comentarios sexuales. Incluso cuando Matías le decía que no podía juntarse, él ponía fechas para que se vieran. Los últimos meses de 2013 fue más directo con sus propuestas.
—No se aburre hablando conmigo? Es que tantas hueas que hablo, y además pregunto mucho. Y cómo anda la manfinfla? Cuándo fue la última? Yo a tu edad me echaba como tres diarias —inquirió Oliva.

Los sacramentos del juez​

Cuando Matías le preguntaba si había podido concretar lo del Colegio Salesiano, Reynaldo prometía que lo estaba viendo. Que tuviera paciencia. Él insistía que por favor le avisara si tenía novedades porque era su sueño entrar a ese liceo.
—Pero cuidado, donde son puros hombres se le puede pegar alguna mala junta jajaj. Mire que como en todo colegio de hombres pasan cosas en los vestuarios jaja. Típico juego de adolescentes. Usted nunca lo hizo? —le espetó el juez.
De vez en cuando le preguntaba si había asistido a misa y luego venía ese cambio rotundo a la masturbación. Le explicaba que si no lo hacía ahora, después “le vendría con más fuerza”. El abogado también se ofreció para enseñarle en los ramos del colegio que más le costaban y aseguraba que para entrar al Salesiano debía “poner la intención en manos de Dios para que se hiciera la voluntad de Él”.
—Si Dios quiere que sea así, así será —empezó Reynaldo.
—aré lo que sea por quedar jajajaj ósea algunas cosas (sic) —respondió Matías.
—qué cosas no harías jajaj.
—nolose (sic).
—ajajaj ponerte en 4?.
—nicagando…
—pero con vaselina no duele tanto, dicen jajaja.
—nicagando, jamás…
—jajaj nunca digas jamás jaja o sino mamarlo, jajaj —sentenció Oliva.

 
La vida de Reynaldo Oliva Lagos siempre fue, en el papel, de rectitud. Se convirtió en abogado, juez y ministro de corte de apelaciones. También fue un hombre religioso. En 2012, el hoy líder de la Iglesia Católica chilena, Fernando Chomalí, lo ordenó como el primer diácono célibe. Sin embargo, al año siguiente todo cambió. La Unidad de Investigación de BioBioChile accedió a cientos de fojas con archivos canónicos secretos, testimonios y chats que develan una oscura trama sexual de quien incluso llegó a ser comparado con el apóstol Pedro al interior de las filas eclesiásticas. Más de una década más tarde, todo sigue en nada.

—¡Qué notable que en medio de una sociedad tan erotizada, todavía haya personas que digan: Quiero vivir de manera celibataria, quiero consagrar mi inteligencia, mi voluntad, mi libertad, mi cuerpo, mi ser al Señor, porque Él es todo para mí!
Fernando Chomalí se presentó ante una iglesia llena. Era 26 de agosto de 2012. Domingo. Día de Eucaristía. La catedral de Concepción estaba a rebosar. El cuerpo diaconal, del Seminario, representantes de comunidades y familias enteras estaban presentes.
La cita de las 17:00 horas tenía dos objetivos específicos. Dar las gracias y celebrar la consagración de dos nuevos diáconos: César y Reynaldo Oliva Lagos.
Oliva Lagos tenía una particularidad. En ese entonces, no sólo era juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Concepción, un abogado reconocido en los recovecos judiciales, también se convertía en el primer diácono célibe de la arquidiócesis. El mensaje del entonces arzobispo y actual líder de la Iglesia en Chile resonó en la catedral y apuntó en esa dirección. Lo comparó incluso con Pedro, uno de los apóstoles más cercanos a Jesús.
—Reynaldo y César le dicen al Señor ¿a quién iremos? Nosotros hemos creído y sabemos que eres Dios —cerró su homilía.
Ambos se convirtieron en diáconos permanentes de la Iglesia católica desde ese día.
Pero a Reynaldo le duró poco. El 11 de diciembre del 2013 —un año y cuatro meses después de que Chomalí lo presentara— fue restringido del diaconado permanente. Y una semana más tarde, él mismo le escribió una carta al papa Francisco solicitando su reducción al estado laical. En simple, remover sus derechos y privilegios eclesiásticos.
En el escrito decía que sus tiempos de abogado y diácono no eran compatibles. Pero la verdad era otra: la propia Iglesia le sugirió que renunciara. Era la mejor opción después de que una madre fuera a denunciarlo por haber tenido conversaciones “con lenguaje erótico y subido de tono” con su hijo menor de edad.
Era la primera denuncia de otras que se replicarían una década después.
El Arzobispado de Concepción lo imposibilitó de ejercer en el ministerio, al mismo tiempo que le prohibió acercarse a cualquier menor de edad que frecuentara las sedes católicas.
10 años después apareció una nueva denuncia por abuso sexual y la causa llegó a la Fiscalía Metropolitana Norte. Todo ocurrió en el mismo periodo que él juraba como ministro de la Corte de Apelaciones de Arica.
reynaldo-asume-diacono-concepcion-2.png



Su propio camino de celibato​

La primera vez que Reynaldo le escribió a Matías por Facebook fue el 12 de noviembre del 2011. Matías tenía 12 años. Reynaldo 43. Le preguntó si era acólito en una parroquia en Tomé, y si había asistido a la peregrinación de ese día.
Matías le respondió que era nuevo y que no había podido ir, que quizás el otro año. Era la primera vez que conversaban. Cuatro minutos después Reynaldo le preguntó:
—Y tiene polola?
—Nop, primero mis estudios —replicó Matías.
—Si eres ordenado puedes hacer las dos cosas. Qué edad tienes?
—Tengo 12
—Ah, joven para tener una polola. Mejor tranquilo. Pero es la edad de la amiga manuela jaja.
Reynaldo insistió. Le envió varios mensajes saludándolo que no tuvieron respuesta desde el 17 de noviembre de 2011 hasta el 15 de febrero de 2012. Una hilera de “hola” y “qué tal” provenientes sólo de su lado.
Aunque para entonces no era diácono, Reynaldo no era ningún desconocido en las sedes católicas. Mientras estaba en su proceso de entrar al diaconado permanente, asistía a diferentes parroquias de la región del Bío Bío —incluida la de Tomé— para formar a variados grupos.
Por ejemplo, en la Parroquia del Sagrario —al lado de la catedral de Concepción— fue asesor de acólitos. La mayoría de sus estudiantes eran niños o jóvenes menores de edad. En el mismo templo era el encargado de recolectar el dinero de la alcancía, abrir y cerrar las puertas de la parroquia o instruir en catequesis. Una especie de “voluntariado”, como describen quienes lo conocieron en ese entonces.
Por eso no era extraño que Reynaldo conversara con los acólitos, esos niños revestidos de blanco entero que ayudan en las misas. Además, él generaba esa simpatía. Así lo dejó entrever José Osorio, uno los sacerdotes que trabajó en la misma parroquia y que declaró ante la fiscalía y el OS9 de Carabineros el 7 de noviembre de 2023. Resulta que para ese entonces, el Ministerio Público ya había abierto una investigación penal contra Oliva, a cargo del fiscal Xavier Armendáriz.
—Según mi parecer, en ocasiones jugaba con los acólitos. Demostraba que había como cierta confianza con ellos. Los niños tenían cierta confianza con él. Y como él era abogado me imagino que lo veían como de cierto prestigio para ellos.

“¿Minitas o club de tobi?”​

En febrero de 2012, Matías y Reynaldo volvieron a tener conversaciones intermitentes. El abogado le preguntaba por las notas del colegio, por sus quehaceres y cómo estaba. Eso duraba unos minutos. El diálogo se desviaba siempre en invitarlo a tomar cervezas. Y la masturbación.
—No deberías estar en el hotel en concentración, durmiendo, en vez de trasnochar? jaja. En vez de estar mirando videos pornos jaja —le envió Reynaldo al niño.
—ajajaj si recién estoy conectado. Andaba jugando a la pelota —respondió Matías.
—Wena, o sea que miras videos pornos —insistió el abogado.
—noo.
—Mmm pillín no más (…) Jaja, estás en toda la edad de la manfinfla, jaja.
Ese año siguieron hablando. Reynaldo se empecinaba en preguntar qué cerveza le gustaba y en que fueran a beber juntos. Hasta le consultó si era más de vodka o de ron. Matías, aún en la pubertad, ni siquiera había probado el alcohol.

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Encuentran muerto a Tito Rivera, sacerdote acusado de violación en la catedral de Santiago Domingo 19 Julio, 2020 | 22:18
Algunas veces la conversación fue, entre comillas, más sutil. Oliva Lagos le preguntaba por sus notas del colegio, y como a Matías le iba bien, lo felicitaba. Luego lo invitaba a comer un completo juntos para celebrarlo. Le decía que si se le hacía tarde podía quedarse a dormir a su casa. Que podía invitar a unas minitas o hacer un “club de tobi”.
—Tengo desayuno y ducha —le soltó Reynaldo el 5 de mayo de 2013.
Siguieron así todo ese año. Las respuestas de Matías eran monosilábicas. Ese 2013 fue el más insistente para que se juntaran. Siempre el pretexto era comer algo y luego que se quedara en su casa, aunque nunca concretaron nada. Y ese año también coincidió que Matías quería iniciar la enseñanza media en el Colegio Salesiano de Concepción —una institución católica— y Reynaldo lo iba a ayudar a entrar. Supuestamente.
—Vamos a rezar y ver qué puedo hacer. Le preguntaré al padre de mi parroquia si conoce a alguien del Sale —le comentó el 23 de octubre. Luego volvió a averiguar— Y pololea? (…) Pura manuela palma.
Desde ahí en adelante comenzó a llamarlo “el joven manfinflero”, pese a que Matías le decía que no se masturbaba.
A fines de octubre, Reynaldo, quien ya era diácono permanente, le aseguró que consiguió ayuda con un padre para que entrara al Salesiano.
—Gracias tío Reynaldo 🙂 —le agradeció Matías.
—Vamos por una cerveza —le replicó el abogado.
Le garantizó que el padre había movido sus contactos para que ingresara al colegio católico. Cada vez que podía se inmiscuía en sus asuntos. Quería saber qué estaba haciendo y deslizaba comentarios sexuales. Incluso cuando Matías le decía que no podía juntarse, él ponía fechas para que se vieran. Los últimos meses de 2013 fue más directo con sus propuestas.
—No se aburre hablando conmigo? Es que tantas hueas que hablo, y además pregunto mucho. Y cómo anda la manfinfla? Cuándo fue la última? Yo a tu edad me echaba como tres diarias —inquirió Oliva.

Los sacramentos del juez​

Cuando Matías le preguntaba si había podido concretar lo del Colegio Salesiano, Reynaldo prometía que lo estaba viendo. Que tuviera paciencia. Él insistía que por favor le avisara si tenía novedades porque era su sueño entrar a ese liceo.
—Pero cuidado, donde son puros hombres se le puede pegar alguna mala junta jajaj. Mire que como en todo colegio de hombres pasan cosas en los vestuarios jaja. Típico juego de adolescentes. Usted nunca lo hizo? —le espetó el juez.
De vez en cuando le preguntaba si había asistido a misa y luego venía ese cambio rotundo a la masturbación. Le explicaba que si no lo hacía ahora, después “le vendría con más fuerza”. El abogado también se ofreció para enseñarle en los ramos del colegio que más le costaban y aseguraba que para entrar al Salesiano debía “poner la intención en manos de Dios para que se hiciera la voluntad de Él”.
—Si Dios quiere que sea así, así será —empezó Reynaldo.
—aré lo que sea por quedar jajajaj ósea algunas cosas (sic) —respondió Matías.
—qué cosas no harías jajaj.
—nolose (sic).
—ajajaj ponerte en 4?.
—nicagando…
—pero con vaselina no duele tanto, dicen jajaja.
—nicagando, jamás…
—jajaj nunca digas jamás jaja o sino mamarlo, jajaj —sentenció Oliva.

 
Apuesto lo que sea que cuando le escribía al cabro el enfermo de mierda lo hacía con una mano ocupada

debieran terminar con esa wea del celibato, al menos pa q se paguen putas o algo
El tema no va por ahí sisterito, sino que la mayoría son maracos. tengo un primo que fue sacerdote y me contaba que en el seminario la mayoria eran maracos encubiertos que entraban ahí por voluntad propia o obligados por su familia para ocultar que se lo habían puesto a bubalon. al final el se retiró porque se casó con... una monja :eeek: :lol2:
 
Movidas judiciales + podredumbre clerical, qué podría salir mal.

Por este tipo de situaciones que han sido tapadas por años y décadas, siempre debe mirarse con alivio que el poder eclesiástico pierda cada vez más su influencia sobre las vidas de las personas.
En el tema de gabriel boric tienes weones de aca del foro rasgando vestiduras porque en ñuñoa quitaron las ciases de religion, que son unos degenerados pra meterles weas en la cabeza a los niños y bla bla.
Al final los que historica y continuamente han abusado sistematicamente de menores han sido los conchesumadres de las iglesias.
 
La vida de Reynaldo Oliva Lagos siempre fue, en el papel, de rectitud. Se convirtió en abogado, juez y ministro de corte de apelaciones. También fue un hombre religioso. En 2012, el hoy líder de la Iglesia Católica chilena, Fernando Chomalí, lo ordenó como el primer diácono célibe. Sin embargo, al año siguiente todo cambió. La Unidad de Investigación de BioBioChile accedió a cientos de fojas con archivos canónicos secretos, testimonios y chats que develan una oscura trama sexual de quien incluso llegó a ser comparado con el apóstol Pedro al interior de las filas eclesiásticas. Más de una década más tarde, todo sigue en nada.

—¡Qué notable que en medio de una sociedad tan erotizada, todavía haya personas que digan: Quiero vivir de manera celibataria, quiero consagrar mi inteligencia, mi voluntad, mi libertad, mi cuerpo, mi ser al Señor, porque Él es todo para mí!
Fernando Chomalí se presentó ante una iglesia llena. Era 26 de agosto de 2012. Domingo. Día de Eucaristía. La catedral de Concepción estaba a rebosar. El cuerpo diaconal, del Seminario, representantes de comunidades y familias enteras estaban presentes.
La cita de las 17:00 horas tenía dos objetivos específicos. Dar las gracias y celebrar la consagración de dos nuevos diáconos: César y Reynaldo Oliva Lagos.
Oliva Lagos tenía una particularidad. En ese entonces, no sólo era juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Concepción, un abogado reconocido en los recovecos judiciales, también se convertía en el primer diácono célibe de la arquidiócesis. El mensaje del entonces arzobispo y actual líder de la Iglesia en Chile resonó en la catedral y apuntó en esa dirección. Lo comparó incluso con Pedro, uno de los apóstoles más cercanos a Jesús.
—Reynaldo y César le dicen al Señor ¿a quién iremos? Nosotros hemos creído y sabemos que eres Dios —cerró su homilía.
Ambos se convirtieron en diáconos permanentes de la Iglesia católica desde ese día.
Pero a Reynaldo le duró poco. El 11 de diciembre del 2013 —un año y cuatro meses después de que Chomalí lo presentara— fue restringido del diaconado permanente. Y una semana más tarde, él mismo le escribió una carta al papa Francisco solicitando su reducción al estado laical. En simple, remover sus derechos y privilegios eclesiásticos.
En el escrito decía que sus tiempos de abogado y diácono no eran compatibles. Pero la verdad era otra: la propia Iglesia le sugirió que renunciara. Era la mejor opción después de que una madre fuera a denunciarlo por haber tenido conversaciones “con lenguaje erótico y subido de tono” con su hijo menor de edad.
Era la primera denuncia de otras que se replicarían una década después.
El Arzobispado de Concepción lo imposibilitó de ejercer en el ministerio, al mismo tiempo que le prohibió acercarse a cualquier menor de edad que frecuentara las sedes católicas.
10 años después apareció una nueva denuncia por abuso sexual y la causa llegó a la Fiscalía Metropolitana Norte. Todo ocurrió en el mismo periodo que él juraba como ministro de la Corte de Apelaciones de Arica.
reynaldo-asume-diacono-concepcion-2.png



Su propio camino de celibato​

La primera vez que Reynaldo le escribió a Matías por Facebook fue el 12 de noviembre del 2011. Matías tenía 12 años. Reynaldo 43. Le preguntó si era acólito en una parroquia en Tomé, y si había asistido a la peregrinación de ese día.
Matías le respondió que era nuevo y que no había podido ir, que quizás el otro año. Era la primera vez que conversaban. Cuatro minutos después Reynaldo le preguntó:
—Y tiene polola?
—Nop, primero mis estudios —replicó Matías.
—Si eres ordenado puedes hacer las dos cosas. Qué edad tienes?
—Tengo 12
—Ah, joven para tener una polola. Mejor tranquilo. Pero es la edad de la amiga manuela jaja.
Reynaldo insistió. Le envió varios mensajes saludándolo que no tuvieron respuesta desde el 17 de noviembre de 2011 hasta el 15 de febrero de 2012. Una hilera de “hola” y “qué tal” provenientes sólo de su lado.
Aunque para entonces no era diácono, Reynaldo no era ningún desconocido en las sedes católicas. Mientras estaba en su proceso de entrar al diaconado permanente, asistía a diferentes parroquias de la región del Bío Bío —incluida la de Tomé— para formar a variados grupos.
Por ejemplo, en la Parroquia del Sagrario —al lado de la catedral de Concepción— fue asesor de acólitos. La mayoría de sus estudiantes eran niños o jóvenes menores de edad. En el mismo templo era el encargado de recolectar el dinero de la alcancía, abrir y cerrar las puertas de la parroquia o instruir en catequesis. Una especie de “voluntariado”, como describen quienes lo conocieron en ese entonces.
Por eso no era extraño que Reynaldo conversara con los acólitos, esos niños revestidos de blanco entero que ayudan en las misas. Además, él generaba esa simpatía. Así lo dejó entrever José Osorio, uno los sacerdotes que trabajó en la misma parroquia y que declaró ante la fiscalía y el OS9 de Carabineros el 7 de noviembre de 2023. Resulta que para ese entonces, el Ministerio Público ya había abierto una investigación penal contra Oliva, a cargo del fiscal Xavier Armendáriz.
—Según mi parecer, en ocasiones jugaba con los acólitos. Demostraba que había como cierta confianza con ellos. Los niños tenían cierta confianza con él. Y como él era abogado me imagino que lo veían como de cierto prestigio para ellos.

“¿Minitas o club de tobi?”​

En febrero de 2012, Matías y Reynaldo volvieron a tener conversaciones intermitentes. El abogado le preguntaba por las notas del colegio, por sus quehaceres y cómo estaba. Eso duraba unos minutos. El diálogo se desviaba siempre en invitarlo a tomar cervezas. Y la masturbación.
—No deberías estar en el hotel en concentración, durmiendo, en vez de trasnochar? jaja. En vez de estar mirando videos pornos jaja —le envió Reynaldo al niño.
—ajajaj si recién estoy conectado. Andaba jugando a la pelota —respondió Matías.
—Wena, o sea que miras videos pornos —insistió el abogado.
—noo.
—Mmm pillín no más (…) Jaja, estás en toda la edad de la manfinfla, jaja.
Ese año siguieron hablando. Reynaldo se empecinaba en preguntar qué cerveza le gustaba y en que fueran a beber juntos. Hasta le consultó si era más de vodka o de ron. Matías, aún en la pubertad, ni siquiera había probado el alcohol.

Lee también...


Encuentran muerto a Tito Rivera, sacerdote acusado de violación en la catedral de Santiago Domingo 19 Julio, 2020 | 22:18
Algunas veces la conversación fue, entre comillas, más sutil. Oliva Lagos le preguntaba por sus notas del colegio, y como a Matías le iba bien, lo felicitaba. Luego lo invitaba a comer un completo juntos para celebrarlo. Le decía que si se le hacía tarde podía quedarse a dormir a su casa. Que podía invitar a unas minitas o hacer un “club de tobi”.
—Tengo desayuno y ducha —le soltó Reynaldo el 5 de mayo de 2013.
Siguieron así todo ese año. Las respuestas de Matías eran monosilábicas. Ese 2013 fue el más insistente para que se juntaran. Siempre el pretexto era comer algo y luego que se quedara en su casa, aunque nunca concretaron nada. Y ese año también coincidió que Matías quería iniciar la enseñanza media en el Colegio Salesiano de Concepción —una institución católica— y Reynaldo lo iba a ayudar a entrar. Supuestamente.
—Vamos a rezar y ver qué puedo hacer. Le preguntaré al padre de mi parroquia si conoce a alguien del Sale —le comentó el 23 de octubre. Luego volvió a averiguar— Y pololea? (…) Pura manuela palma.
Desde ahí en adelante comenzó a llamarlo “el joven manfinflero”, pese a que Matías le decía que no se masturbaba.
A fines de octubre, Reynaldo, quien ya era diácono permanente, le aseguró que consiguió ayuda con un padre para que entrara al Salesiano.
—Gracias tío Reynaldo 🙂 —le agradeció Matías.
—Vamos por una cerveza —le replicó el abogado.
Le garantizó que el padre había movido sus contactos para que ingresara al colegio católico. Cada vez que podía se inmiscuía en sus asuntos. Quería saber qué estaba haciendo y deslizaba comentarios sexuales. Incluso cuando Matías le decía que no podía juntarse, él ponía fechas para que se vieran. Los últimos meses de 2013 fue más directo con sus propuestas.
—No se aburre hablando conmigo? Es que tantas hueas que hablo, y además pregunto mucho. Y cómo anda la manfinfla? Cuándo fue la última? Yo a tu edad me echaba como tres diarias —inquirió Oliva.

Los sacramentos del juez​

Cuando Matías le preguntaba si había podido concretar lo del Colegio Salesiano, Reynaldo prometía que lo estaba viendo. Que tuviera paciencia. Él insistía que por favor le avisara si tenía novedades porque era su sueño entrar a ese liceo.
—Pero cuidado, donde son puros hombres se le puede pegar alguna mala junta jajaj. Mire que como en todo colegio de hombres pasan cosas en los vestuarios jaja. Típico juego de adolescentes. Usted nunca lo hizo? —le espetó el juez.
De vez en cuando le preguntaba si había asistido a misa y luego venía ese cambio rotundo a la masturbación. Le explicaba que si no lo hacía ahora, después “le vendría con más fuerza”. El abogado también se ofreció para enseñarle en los ramos del colegio que más le costaban y aseguraba que para entrar al Salesiano debía “poner la intención en manos de Dios para que se hiciera la voluntad de Él”.
—Si Dios quiere que sea así, así será —empezó Reynaldo.
—aré lo que sea por quedar jajajaj ósea algunas cosas (sic) —respondió Matías.
—qué cosas no harías jajaj.
—nolose (sic).
—ajajaj ponerte en 4?.
—nicagando…
—pero con vaselina no duele tanto, dicen jajaja.
—nicagando, jamás…
—jajaj nunca digas jamás jaja o sino mamarlo, jajaj —sentenció Oliva.

Profesor Silva y republicanos, vengan a dar la cara
 
Aquí tienes un resumen del artículo:

  • Perfil de Reynaldo Oliva Lagos: Fue abogado, juez y ministro de corte de apelaciones, y el primer diácono célibe ordenado en la Iglesia Católica chilena.
  • Denuncias y renuncia: En 2013, renunció al diaconado tras sugerencia de la Iglesia debido a denuncias de conversaciones inapropiadas con un menor.
  • Investigación y acusaciones: Una década más tarde, enfrenta nuevas denuncias por abuso sexual y una investigación penal está en curso.
  • Conducta cuestionable: Chats revelan intentos de Reynaldo de entablar conversaciones de índole sexual con menores mientras ocupaba cargos eclesiásticos.
Este resumen proporciona una visión general de los eventos y acusaciones mencionados en la página.


Asqueroso qlo
 
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