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El autodenomiado mejor abogado de Chile Ariel Wolfenson no le gusta que le pongan una estrella en google y presenta un recurso de protección

Descompensadito :jojos:

el meme qlo dl foro, el descompensadito kuliao enfermo es el nueo jorobao dl foro.



Que asco tener un hijo gamonal Wolfenaon . Penca culiao, tiene el craneo como el loco Rene puente
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Team nini treiton sin oficio cuidando a la mamitahh :menanihands:

y q se masturba cn monitas chinas como @Frieren, el xhanxho kuliao askeroso q nunca ha xupao zorra.
 
Imagen-personalizada-27062024171519.jpg
 
Es oftalmólogo, pero es re penca en su trabajo y tiene puras reseñas negativas en Google
Me atendí varias veces con él y la verdad que no es Ni más ni menos que cualquier otro oftalmólogo.

por último hace su pega, no veo razón de involucrarlo en las idioteces del hijo
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121 páginas.

Ya presentó otro escrito de extensión o complemento??

Yo fuera juez le pediría más pruebas solo para re-cagarme de la risa
 
CARTA ABIERTA A WOLFIE


Ciertamente habrás leído por ahí (porque tu sólida formación jurídica exige de ti un compromiso intelectual con tu entorno, tu país o al menos tus circunstancias, y eso te lo da necesariamente la lectura) la expresión "privilegio", que en nuestro país y a causa de una asonada de locura social mal llamada "estallido" comenzó a ser triste sinónimo de concatenaciones familiares y sociales que te proveían de posición, recursos abundantes y abstraerte de las preocupaciones pedestres de muchos de aquellos que hoy recurren o recurrieron a tí en busca de consejo o de defensa, la que siempre (porque es el aceite que lubrica al mundo) se trata y se tratará de expresar las victorias judiciales en dinero. Pues bien, querido Wolfie, no te pido que revises tus privilegios. Estaban ahí antes de dedicarte a la aridez del camino del derecho y de las arbitrariedades de este mundo.

Déjame decirte, querido Wolfie (seudónimo amable que me retrotrae a una deliciosa película de Milos Forman, en donde narra la vida y pesares de otro genio, Mozart, que es como lo llamaban en dicha cinta, "Wolfie"), que la vida es vana, a veces cruel, y sobre todo injusta, en donde todo parámetro de justicia humana desaparece de manera brutal y dolorosa para imponerse de manera elemental y salvaje la realidad. Ciertamente habrás escuchado hablar a más de alguien decir que "La vida es bella, y la realidad es maricona". Y eso, querido Wolfie, es lo que trato de decirte.

Ni toda la construcción jurídica romana, ni los pesados e indigestos mamotretos paridos en la Europa de la Ilustración, ni todas las abrumadoras sentencias y fallos de todas las Cortes y despachos judiciales del mundo podrán ir en contra de este principio inmanente, brutal. La vida es vana, efimera, una brizna de brillo en medio de una oscuridad aterradora y eterna; en suma, vanidad, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", como puede leerse en el Eclesiastés, en ese libro que es la razón y la respuesta de todo para todos.

Ciertamente entiendo de tus esfuerzos para que tus obras sean repujadas en el bronce eterno de las conquistas humanas, mal que mal todo esfuerzo humano busca, en suma, dejar huellas en los demás, permear conciencias, determinar un legado, ya sea en nuestros alumnos, en la academia, en nuestras familias, en nuestros hijos, en nuestra sociedad. Buscamos el reconocimiento y la loa de la multitud como aquella acémila que, puesta a arar sin descanso por un poder que desconoce y tampoco comprende, le es colgada de la frente una hortaliza, que es su premio frente a tantos esfuerzos. Un notable espejismo de felicidad y éxito que termina determinando nuestro derrotero por la vida, a veces sin alcanzarlo, teniendo como último pensamiento ese ya lejano anhelo de reconocimiento y aplausos, antes de que la última particula de oxígeno de los pulmones se mezcle con el universo.

Querido Wolfie, la vida es eso, un susurro trágico, una "pasión inútil", un sino que nos es puesto sobre nuestros hombros apenas nacemos, y la vanidad del oro falso y de las loas que incansablemente se buscan debe dar paso a la reflexión, al reposo intelectual, a la satisfacción existencial de, por fin, entender y saber que las riquezas, aplausos y vértigos de la vida mundana están muy por debajo de la propia expresión de humanidad.

Vaya en paz estimado Wolfie. El éxito no es una meta, es un camino. Es la autorrealización del ser. Todo lo demás es perecible, accesorio, vano.

Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Warnken.jpg
 
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CARTA ABIERTA A WOLFIE


Ciertamente habrás leído por ahí (porque tu sólida formación jurídica exige de ti un compromiso intelectual con tu entorno, tu país o al menos tus circunstancias, y eso te lo da necesariamente la lectura) la expresión "privilegio", que en nuestro país y a causa de una asonada de locura social mal llamada "estallido" comenzó a ser triste sinónimo de concatenaciones familiares y sociales que te proveían de posición, recursos abundantes y abstraerte de las preocupaciones pedestres de muchos de aquellos que hoy recurren o recurrieron a tí en busca de consejo o de defensa, la que siempre (porque es el aceite que lubrica al mundo) se trata y se tratará de expresar las victorias judiciales en dinero. Pues bien, querido Wolfie, no te pido que revises tus privilegios. Estaban ahí antes de dedicarte a la aridez del camino del derecho y de las arbitrariedades de este mundo.

Déjame decirte, querido Wolfie (seudónimo amable que me retrotrae a una deliciosa película de Milos Forman, en donde narra la vida y pesares de otro genio, Mozart, que es como lo llamaban en dicha cinta, "Wolfie"), que la vida es vana, a veces cruel, y sobre todo injusta, en donde todo parámetro de justicia humana desaparece de manera brutal y dolorosa para imponerse de manera elemental y salvaje la realidad. Ciertamente habrás escuchado hablar a más de alguien decir que "La vida es bella, y la realidad es maricona". Y eso, querido Wolfie, es lo que trato de decirte.

Ni toda la construcción jurídica romana, ni los pesados e indigestos mamotretos paridos en la Europa de la Ilustración, ni todas las abrumadoras sentencias y fallos de todas las Cortes y despachos judiciales del mundo podrán ir en contra de este principio inmanente, brutal. La vida es vana, efimera, una brizna de brillo en medio de una oscuridad aterradora y eterna; en suma, vanidad, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", como puede leerse en el Eclesiastés, en ese libro que es la razón y la respuesta de todo para todos.

Ciertamente entiendo de tus esfuerzos para que tus obras sean repujadas en el bronce eterno de las conquistas humanas, mal que mal todo esfuerzo humano busca, en suma, dejar huellas en los demás, permear conciencias, determinar un legado, ya sea en nuestros alumnos, en la academia, en nuestras familias, en nuestros hijos, en nuestra sociedad. Buscamos el reconocimiento y la loa de la multitud como aquella acémila que, puesta a arar sin descanso por un poder que desconoce y tampoco comprende, le es colgada de la frente una hortaliza, que es su premio frente a tantos esfuerzos. Un notable espejismo de felicidad y éxito que termina determinando nuestro derrotero por la vida, a veces sin alcanzarlo, teniendo como último pensamiento ese ya lejano anhelo de reconocimiento y aplausos, antes de que la última particula de oxígeno de los pulmones se mezcle con el universo.

Querido Wolfie, la vida es eso, un susurro trágico, una "pasión inútil", un sino que nos es puesto sobre nuestros hombros apenas nacemos, y la vanidad del oro falso y de las loas que incansablemente se buscan debe dar paso a la reflexión, al reposo intelectual, a la satisfacción existencial de, por fin, entender y saber que las riquezas, aplausos y vacuidades de la vida mundana están muy por debajo de la propia expresión de humanidad.

Vaya en paz estimado Wolfie. El éxito no es una meta, es un camino. Es la autorrealización del ser. Todo lo demás es perecible, accesorio, vano.

Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

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CARTA ABIERTA A WOLFIE


Ciertamente habrás leído por ahí (porque tu sólida formación jurídica exige de ti un compromiso intelectual con tu entorno, tu país o al menos tus circunstancias, y eso te lo da necesariamente la lectura) la expresión "privilegio", que en nuestro país y a causa de una asonada de locura social mal llamada "estallido" comenzó a ser triste sinónimo de concatenaciones familiares y sociales que te proveían de posición, recursos abundantes y abstraerte de las preocupaciones pedestres de muchos de aquellos que hoy recurren o recurrieron a tí en busca de consejo o de defensa, la que siempre (porque es el aceite que lubrica al mundo) se trata y se tratará de expresar las victorias judiciales en dinero. Pues bien, querido Wolfie, no te pido que revises tus privilegios. Estaban ahí antes de dedicarte a la aridez del camino del derecho y de las arbitrariedades de este mundo.

Déjame decirte, querido Wolfie (seudónimo amable que me retrotrae a una deliciosa película de Milos Forman, en donde narra la vida y pesares de otro genio, Mozart, que es como lo llamaban en dicha cinta, "Wolfie"), que la vida es vana, a veces cruel, y sobre todo injusta, en donde todo parámetro de justicia humana desaparece de manera brutal y dolorosa para imponerse de manera elemental y salvaje la realidad. Ciertamente habrás escuchado hablar a más de alguien decir que "La vida es bella, y la realidad es maricona". Y eso, querido Wolfie, es lo que trato de decirte.

Ni toda la construcción jurídica romana, ni los pesados e indigestos mamotretos paridos en la Europa de la Ilustración, ni todas las abrumadoras sentencias y fallos de todas las Cortes y despachos judiciales del mundo podrán ir en contra de este principio inmanente, brutal. La vida es vana, efimera, una brizna de brillo en medio de una oscuridad aterradora y eterna; en suma, vanidad, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", como puede leerse en el Eclesiastés, en ese libro que es la razón y la respuesta de todo para todos.

Ciertamente entiendo de tus esfuerzos para que tus obras sean repujadas en el bronce eterno de las conquistas humanas, mal que mal todo esfuerzo humano busca, en suma, dejar huellas en los demás, permear conciencias, determinar un legado, ya sea en nuestros alumnos, en la academia, en nuestras familias, en nuestros hijos, en nuestra sociedad. Buscamos el reconocimiento y la loa de la multitud como aquella acémila que, puesta a arar sin descanso por un poder que desconoce y tampoco comprende, le es colgada de la frente una hortaliza, que es su premio frente a tantos esfuerzos. Un notable espejismo de felicidad y éxito que termina determinando nuestro derrotero por la vida, a veces sin alcanzarlo, teniendo como último pensamiento ese ya lejano anhelo de reconocimiento y aplausos, antes de que la última particula de oxígeno de los pulmones se mezcle con el universo.

Querido Wolfie, la vida es eso, un susurro trágico, una "pasión inútil", un sino que nos es puesto sobre nuestros hombros apenas nacemos, y la vanidad del oro falso y de las loas que incansablemente se buscan debe dar paso a la reflexión, al reposo intelectual, a la satisfacción existencial de, por fin, entender y saber que las riquezas, aplausos y vacuidades de la vida mundana están muy por debajo de la propia expresión de humanidad.

Vaya en paz estimado Wolfie. El éxito no es una meta, es un camino. Es la autorrealización del ser. Todo lo demás es perecible, accesorio, vano.

Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

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Si le pones un traductor de karamanes lo resumes en 10 lineas
 
Ahí está la wea!
Yo creo que la razón del por qué pierde todos los casos tiene que ver con el apellido y no por su excelentísimo trabajo.
Wolfos! O lobos como la sal!
Le va mal en los juicios porque el weeta está salado.
:lol3:

Recomiendo que se cambie el apellido.
Cualquier apellido, menos:
Lobos
Ni Villalobos
Ni Lovato ni Lobato.
Ni niuna wea que tenga que ver con perros pulguientos ni con sal

:naster:

eso-explica.gif


Por mi parte, salado y todo, pero no me cambio el user :lol2:
 
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Ciertamente habrás leído por ahí (porque tu sólida formación jurídica exige de ti un compromiso intelectual con tu entorno, tu país o al menos tus circunstancias, y eso te lo da necesariamente la lectura) la expresión "privilegio", que en nuestro país y a causa de una asonada de locura social mal llamada "estallido" comenzó a ser triste sinónimo de concatenaciones familiares y sociales que te proveían de posición, recursos abundantes y abstraerte de las preocupaciones pedestres de muchos de aquellos que hoy recurren o recurrieron a tí en busca de consejo o de defensa, la que siempre (porque es el aceite que lubrica al mundo) se trata y se tratará de expresar las victorias judiciales en dinero. Pues bien, querido Wolfie, no te pido que revises tus privilegios. Estaban ahí antes de dedicarte a la aridez del camino del derecho y de las arbitrariedades de este mundo.

Déjame decirte, querido Wolfie (seudónimo amable que me retrotrae a una deliciosa película de Milos Forman, en donde narra la vida y pesares de otro genio, Mozart, que es como lo llamaban en dicha cinta, "Wolfie"), que la vida es vana, a veces cruel, y sobre todo injusta, en donde todo parámetro de justicia humana desaparece de manera brutal y dolorosa para imponerse de manera elemental y salvaje la realidad. Ciertamente habrás escuchado hablar a más de alguien decir que "La vida es bella, y la realidad es maricona". Y eso, querido Wolfie, es lo que trato de decirte.

Ni toda la construcción jurídica romana, ni los pesados e indigestos mamotretos paridos en la Europa de la Ilustración, ni todas las abrumadoras sentencias y fallos de todas las Cortes y despachos judiciales del mundo podrán ir en contra de este principio inmanente, brutal. La vida es vana, efimera, una brizna de brillo en medio de una oscuridad aterradora y eterna; en suma, vanidad, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", como puede leerse en el Eclesiastés, en ese libro que es la razón y la respuesta de todo para todos.

Ciertamente entiendo de tus esfuerzos para que tus obras sean repujadas en el bronce eterno de las conquistas humanas, mal que mal todo esfuerzo humano busca, en suma, dejar huellas en los demás, permear conciencias, determinar un legado, ya sea en nuestros alumnos, en la academia, en nuestras familias, en nuestros hijos, en nuestra sociedad. Buscamos el reconocimiento y la loa de la multitud como aquella acémila que, puesta a arar sin descanso por un poder que desconoce y tampoco comprende, le es colgada de la frente una hortaliza, que es su premio frente a tantos esfuerzos. Un notable espejismo de felicidad y éxito que termina determinando nuestro derrotero por la vida, a veces sin alcanzarlo, teniendo como último pensamiento ese ya lejano anhelo de reconocimiento y aplausos, antes de que la última particula de oxígeno de los pulmones se mezcle con el universo.

Querido Wolfie, la vida es eso, un susurro trágico, una "pasión inútil", un sino que nos es puesto sobre nuestros hombros apenas nacemos, y la vanidad del oro falso y de las loas que incansablemente se buscan debe dar paso a la reflexión, al reposo intelectual, a la satisfacción existencial de, por fin, entender y saber que las riquezas, aplausos y vértigos de la vida mundana están muy por debajo de la propia expresión de humanidad.

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Resumen de Copilot:

Resumen del Texto:

El autor reflexiona sobre el concepto de “privilegio” y cómo se ha convertido en sinónimo de ventajas sociales y familiares. Critica la injusticia y la realidad implacable de la vida. Aunque buscamos reconocimiento y éxito, la vanidad y las riquezas son efímeras. El autor concluye que el éxito es un camino hacia la autorrealización, y todo lo demás es vanidad.


En resumen, el autor cuestiona los privilegios y la búsqueda de reconocimiento, destacando la fugacidad de la vida y la importancia de la autorrealización.
 
CARTA ABIERTA A WOLFIE


Ciertamente habrás leído por ahí (porque tu sólida formación jurídica exige de ti un compromiso intelectual con tu entorno, tu país o al menos tus circunstancias, y eso te lo da necesariamente la lectura) la expresión "privilegio", que en nuestro país y a causa de una asonada de locura social mal llamada "estallido" comenzó a ser triste sinónimo de concatenaciones familiares y sociales que te proveían de posición, recursos abundantes y abstraerte de las preocupaciones pedestres de muchos de aquellos que hoy recurren o recurrieron a tí en busca de consejo o de defensa, la que siempre (porque es el aceite que lubrica al mundo) se trata y se tratará de expresar las victorias judiciales en dinero. Pues bien, querido Wolfie, no te pido que revises tus privilegios. Estaban ahí antes de dedicarte a la aridez del camino del derecho y de las arbitrariedades de este mundo.

Déjame decirte, querido Wolfie (seudónimo amable que me retrotrae a una deliciosa película de Milos Forman, en donde narra la vida y pesares de otro genio, Mozart, que es como lo llamaban en dicha cinta, "Wolfie"), que la vida es vana, a veces cruel, y sobre todo injusta, en donde todo parámetro de justicia humana desaparece de manera brutal y dolorosa para imponerse de manera elemental y salvaje la realidad. Ciertamente habrás escuchado hablar a más de alguien decir que "La vida es bella, y la realidad es maricona". Y eso, querido Wolfie, es lo que trato de decirte.

Ni toda la construcción jurídica romana, ni los pesados e indigestos mamotretos paridos en la Europa de la Ilustración, ni todas las abrumadoras sentencias y fallos de todas las Cortes y despachos judiciales del mundo podrán ir en contra de este principio inmanente, brutal. La vida es vana, efimera, una brizna de brillo en medio de una oscuridad aterradora y eterna; en suma, vanidad, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", como puede leerse en el Eclesiastés, en ese libro que es la razón y la respuesta de todo para todos.

Ciertamente entiendo de tus esfuerzos para que tus obras sean repujadas en el bronce eterno de las conquistas humanas, mal que mal todo esfuerzo humano busca, en suma, dejar huellas en los demás, permear conciencias, determinar un legado, ya sea en nuestros alumnos, en la academia, en nuestras familias, en nuestros hijos, en nuestra sociedad. Buscamos el reconocimiento y la loa de la multitud como aquella acémila que, puesta a arar sin descanso por un poder que desconoce y tampoco comprende, le es colgada de la frente una hortaliza, que es su premio frente a tantos esfuerzos. Un notable espejismo de felicidad y éxito que termina determinando nuestro derrotero por la vida, a veces sin alcanzarlo, teniendo como último pensamiento ese ya lejano anhelo de reconocimiento y aplausos, antes de que la última particula de oxígeno de los pulmones se mezcle con el universo.

Querido Wolfie, la vida es eso, un susurro trágico, una "pasión inútil", un sino que nos es puesto sobre nuestros hombros apenas nacemos, y la vanidad del oro falso y de las loas que incansablemente se buscan debe dar paso a la reflexión, al reposo intelectual, a la satisfacción existencial de, por fin, entender y saber que las riquezas, aplausos y vértigos de la vida mundana están muy por debajo de la propia expresión de humanidad.

Vaya en paz estimado Wolfie. El éxito no es una meta, es un camino. Es la autorrealización del ser. Todo lo demás es perecible, accesorio, vano.

Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

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Idioma boric, o en su defecto, idioma wolfenson :risa:
 
No creo que el parcito se hayan separado. Me huele más a que la camelloide siliconada se desligó del pastel sólo en las redes soyales para que no la suban al columpio.
Cómo será la cosa?
Wolfito para fornicar es un excelente abogado.
O wolfito como abogado es un excelente fornicador?
Que la mina se haga una cuenta en el antro y que proceda a aclarar esto.
Infórmese, publíquese y archívese
 
De archivardo

La ICA le hizo la mansa tapa a su petición de notificación mediante el correo electrónico [email protected] :lol3:
Y acortaron el plazo a 5 dias para que entregue una dirección válida para poder notificarlo formalmente. De incumplir, el caso se archiva :martilleo:

Eso trajo un raudal de alegría y muchas carcajadas :sisi3:
si pasó lo q creo q pasó:

ray-liotta-laughing.gif
 
Por cierto aún no se crea una cuenta y viene aquí a pedir una "Tregua" como el otro Weón :ear2::jijiji2::jijiji2:.



En todo caso sea lo que sea este Weón no vuelve a subir ningún vídeo o corto más si lo hace lo tendrán por siempre arriba de la Callampa :risa:.
 
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